Me reconforta una cosa.
Vamos a contribuir con nuestros impuestos a que se condone el 60% de la deuda griega (al menos eso me dicen) y aunque mi familia, mis amigos y yo tengamos que vivir un poco peor, ayudamos a que muchísimas familias griegas no entren en la más miserable de las ruinas (eso espero).
Me cabrea una cosa.
Si esto se hubiera hecho hace un año (¿porqué no dos?) nos hubiera costado menos a todos. No estoy pensando sólo en nuestro Zapatero, sino también en Doña Angela Merkel y en el señor Sarkozy (por ejemplo).
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