Volvió a ver y sentir lo que esperaba: calor, tolerancia,
ritmo lento, calor, acento andaluz, algo de pijerío excesivo en algunos
ambientes, cielo azul, colores vivos, calor, rebujitos (que no le gustan),
coches de caballos, playas con agua fría, calor, frituras ricas, noches
templadas, cielo estrellado en el campo, abanicos, calor, sensación de
bienestar en parte producida por ese calor...
Una niña de dos años con traje de volantes y peineta.
Un grupo de tíos con chaqueta ó traje y corbata, como
pinceles, a las tres de la tarde y treinta y ocho grados a la sombra. La
corbata bien apretá al cuello de la camisa.
Musha muhé con traje de volantes marcando talle y culo hasta
por lo menos la rodilla.
Caló, musha caló y tierra amarilla como la de las plazas de
toros.
Casetas de feria, cada una con su barra y con sus mesas.
Unas más poderosas, otras más humildes. Todas con comida y bebida. Unas con música,
otras calladas. Unas con actuaciones en directo. Unas con gente bailando,
sevillanas o lo que sea. Unas con aire acondicionado, otras con ventiladores,
algunas con nada, sólo calor.
Noche de vuelta con rotondas con controles de alcoholemia,
carreteras oscuras, sueño, caminos de tierra, cruces en los que tener que
elegir, equivocarse y volver, por fin llegar, cielo lleno de estrellas, cama
en dormitorio sin puerta. Sueño.
Despedida y viaje. Despiste. Recorrer ciento cincuenta kilómetros
para llegar a una ciudad que está a cincuenta. Despedida de una amiga. Hotel
bien situado y cómodo. Comidita en la calle, en una terrcita al lao del hotel.
Siesta fresquita y ducha. Cervecita y paseo con la fresca. Cena en La Viña, en
El Tío de la Tiza.
Una ciudad con calles estrechas para pasear con brisa y con
sombra, rodeada de mar por el noventa y cinco por ciento de su perímetro. Plazas
recoletas en las que sentarse a cenar algo con la fresca. Una catedral de
estilo ¿bizantino? en la que hay que pagar para visitarla, ¿no damos suficiente
dinero a la iglesia católica española? ¡que bien haber marcado, hace poco, lo
correcto en la declaración de la renta de 2011! El lugar donde nació la Pepa,
la constitución de 1812. Calles con tiendas modernas, de moda, pero sin
edificios modernos. Casas de estilo colonial, bastantes. Habrá que volver, se está
muy cómodo.
Una playa tranquila. Un restaurante de playa con terraza, al
calor, y cervecita viendo el mar y sintiendo la poca brisa que había. Dos
esterillas recién compradas. Ninguna toalla. Un paseo hasta las rocas de la
derecha pisando el final de las olas. La vuelta incierta pues todo parecía
igual, ¿cual será ella? Comidita ligera, pues hay que alimentarse y que no
entre el sopor. Lectura del Marca sobre la esterilla. Sol y brisa sobre nuestra
piel y un poco de protector solar.
Un comentario final: “todo se acaba, pero que nos quiten lo bailao”
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