Curiosa frase que esta mañana me ha venido a la cabeza. Se está convirtiendo en otra frase hecha como "es lo que hay" y como otras muchas que van sembrando nuestra forma de hablar, de comunicarnos, a causa de los aconteceres de la vida, de las épocas de bonanza y de las de crisis. Por cierto, esto último es otro buen tema para escribir.
"No se puede tener todo". Esta frase la oí por primera vez de boca de una persona a la que aprecio, fue hace aproximadamente dos años y me sonó a algo a medias entre reproche y reivindicación. Me llamó la atención pero no le di la importancia que ahora creo que tiene. En esos momentos la crisis internacional había comenzado y aquí aun apenas se notaba.
Pero esta mañana en el metro, quizás uno de los sitios en los que dedico mas tiempo a pensar, junto con la cama cuando me despierto por la noche, me ha saltado a la cabeza. Es un frase cierta y acertada, aplicable absolutamente a todo el mundo, no es conformista, aunque alguien la pueda utilizar para tal fin, para despreocuparse por la falta de algo que le gustaría tener. No, es una gran verdad, no podemos tener todo. Nadie.
Iba pensando en que durante mucho tiempo, durante muchos años no he sido consciente del significado de esta frase que aun no existía. He vivido quizás un poco más atropelladamente de lo necesario intentado "tener todo", o sea, tener cosas que son incompatibles entre si. De este modo he luchado absurdamente, en mi ignorancia, por conseguir cosas imposibles.
Es imposible en un día de agosto, a las tres de la tarde, en Madrid, estar al sol y tener frío, es incompatible. ¡Vaya tontería de ejemplo!
Hay muchas más cosas incompatibles de las que creemos, pensad. Por ejemplo, ¿es compatible triunfar profesionalmente y dedicar el tiempo necesario a tu familia? En este mundo tan competitivo y agobiante yo creo que no es compatible, pero si lo consigues es a base de renunciar a otras muchas cosas. No se puede tener todo.
Desde hace algunos años mi vida se ha desviado de ese frenesí, de esa locura a la que nos conduce con frecuencia nuestra vida profesional. Esa locura que provoca que en muchas ocasiones no pensemos con la intensidad y claridad necesarias, que no profundicemos lo suficiente en nuestros problemas personales y en el mundo que nos rodea. Por ello, debido a ello, me ocurría que en algunos momentos me creía superman y en otros una pequeña hormiguita susceptible de ser pisada por algún tremendo zapatón. Tenía una visión parcial de la vida, de mi vida.
En la vorágine de lo que sea, si es que estamos dominados por ella, pocas veces nos damos cuenta de la realidad. Somos personas, seres humanos, con una capacidad innata de ser tremendamente fuertes interiormente y muy frágiles exteriormente. Nuestra fuerza está en nuestro interior, pero tenemos que sacarla fuera y utilizarla para intentar buscar la felicidad junto a la gente que nos rodea y amamos.
Ahora sin embargo, fuera de esa vorágine y esa locura, sé interpretar y entender esa frase que cada vez estoy escuchando más.
Sí, no se puede tener todo, es una gran verdad, tenemos que comprenderlo, no sólo soltarlo como cualquier frase hecha y ya está. De ello depende algo, quizás alguna parte de nuestra felicidad.
Cuanto antes nos demos cuenta, mejor.
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