viernes, 9 de marzo de 2012

Atónito


Esta mañana he visto la luna y me he quedado... atónito. Luna llena.

El adjetivo es mejorable, lo reconozco, es más, es bastante repolludo, pero es lo que hay, soy un tío repolludo.

Bueno, hablaba de la luna, era temprano y aunque estaba amaneciendo había bastante luz. Veía un círculo perfecto y grande y amarillo pálido y luminoso y atrayente y evocador de bonitos momentos.

El contraste con el azul también pálido del cielo era uno de sus atractivos añadidos. Estaba yo concentrado en esta hermosa visión mientras conducía por la Avenida de America camino de mi trabajo cuando de repente... no puede ser, se abre un agujero en la superficie lunar... un pequeño y redondo agujero, y al cabo de tan solo un instante sale un gusano blanco y anilludo, despacio, primero la cabeza y después, muy despacio, el resto del cuerpo y se pone a reptar por la superficie lunar. Me he vuelto a quedar atónito. O sea, sigo siendo un repolludo de pelotas.

Pero ahí no queda la cosa, cuando el gusano empieza a desaparecer por la cara oculta, aparece un sioux a caballo por el lado opuesto, lleva un arco en la mano y un carcaj con flechas en la espalda. Aparece un cartel en la luna que dice "sintoniza la frecuencia 106.70 de tu radio FM”. Lo hago y por los altavoces del coche se escuchan los gritos del sioux y el relinchar del caballo. Me quedo atónito, bueno, lo de siempre, un repolludo.

En fin, ya estoy esperando cualquier cosa... y ocurre. El sioux detiene el caballo, mira hacia un lado, mira hacia el otro y finalmente me mira a mí. Fija su mirada en mí. Saca una flecha del carcaj, tensa el arco y ¡me apunta! ¿qué hago? voy conduciendo el coche, miro si viene alguien por mi derecha e inicio la maniobra para desviarme hacia un lado. De repente, una flecha choca contra el parabrisas y lo rompe, se quiebra en forma de red de araña. La punta de la flecha queda incrustada en el cristal. Paro en el arcén, me bajo del coche, salgo corriendo a resguardarme de la luna. Estoy muerto de miedo, me guarezco debajo de un árbol. Pasa el tiempo. Me tranquilizo y poco a poco me asomo para ver la luna...

Ahí está, un circulo perfecto y grande y amarillo pálido y luminoso y... completamente vacío.

Si cuento la verdad en el parte del seguro... les voy a dejar atónitos (repolludo).

Pensaré que voy a hacer.
   

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, Álvaro... ya veo que no te afecta la crisis ¡vaya reforma que has hecho!.Pintura, decoración... una pasta. Te ha quedado precioso.

No entiendo mucho el significado ese de repolludo, (en mi tierra es un hombre bajito y algo gordo) pero creo que en tu entrada va por otros términos la palabra. Ya me lo explicarás.

La cabecera con San Francisco el Grande al fondo una divinidad.
¿Has hecho tú la fotografía?.

Un abrazo.

__mag__

Alvaro dijo...

Ja ja ja. Hola _mag_. Gracias por tu comentario. Si, la foto la hice yo, pero está recortada para alargarla. El resto te contesto por email cuando tenga un momento ¿vale? Intenta disfrutar de este finde que creo que va a ser maravilloso, lleno de sol y buenas temperaturas. Hay que salir!!!!!

Un beso,