Sostenibilidad, un concepto interesante y actual. Ya se que
no estoy hablando de algo novedoso, pues existe y está vigente desde hace
muchos años, quizás donde más, quizás donde lo hayan inventado, en los países nórdicos
europeos.
Pero ahora cobra para mí un especial significado, ahora que
están acabando con nuestra sociedad plural, tolerante, con posibilidades y
propuestas sociales protectoras de los más débiles y en cierta medida
solidarias.
Ahora que a nuestro incipiente mini estado del bienestar lo están decapitando.
Ahora que nos amenaza a TODOS ese vampiro de la libertad,
ese asesino insaciable de libertades
llamado NEOLIBERALISMO.
Ahora que además nos hemos enterado que esta hecatombe, esta
crisis económica, HA SIDO POR NUESTRA
CULPA, por derrochadores, por querer vivir lo mejor posible, algo absolutamente
licito en una sociedad de consumo capitalista.
Ahora es cuando inconscientemente me he comenzado a fijar muy
detenidamente en este concepto, SOSTENIBILIDAD.
Creo firmemente que es el concepto del futuro. O eso o el caos, así de dramático lo veo.
Que cuando salgamos de esta situación de mierda, si salimos
de la forma que yo deseo, que espero que si, que sea de una forma socialmente
deseable, y entonces el concepto sostenibilidad deberá regir nuestras vidas.
Ahora si, escribo aquí un concepto ampliamente aceptado de
qué es SOSTENIBILIDAD.
"Para ser sostenible, el desarrollo ha de ser económicamente
viable, socialmente justo y ambientalmente correcto."
¿Os gusta? A mi si, mucho.
Y algo más todavía, el último de los artículos semanales que
escribe Leonardo Boff en su Columna Semanal:
Firmado por Leonardo
Boff:
Mejoras al modelo de sostenibilidad vigente
2012-04-27
Para ser sostenible, el desarrollo ha de ser
económicamente viable, socialmente justo y ambientalmente correcto. Ya hemos
sometido a crítica este modelo estándar. Pero debemos ser justos. Ha habido
analistas y pensadores que se han dado cuenta de las insuficiencias de este
trípode y le han añadido otros pilares complementarios. Veamos algunos.
Gestión de la mente sostenible. Para que exista un
desarrollo sostenible es importante construir previamente un nuevo esquema
mental, llamado por su formulador, el profesor Evandro Vieira Ouriques de la
Escuela de Comunicación de la Universidad Federal de Río de Janeiro, gestión de
la mente sostenible. Intenta rescatar el valor de la razón sensible, por la
cual el ser humano se siente parte de la naturaleza, se impone un autocontrol
para superar el productivismo y el consumismo, y busca un desarrollo integral y
no solo económico, que contiene dimensiones de lo humano. Es un avance
innegable. Sería mejor si entendiese la Tierra-Humanidad-Desarrollo como un
único y gran sistema interconectado, fundando un nuevo paradigma.
Generosidad: Rogério Ruschel, editor de la revista
electrónica \"Business del Bien\", añadió otro pilar: la categoría
ética de la generosidad. Ésta se funda en un dato antropológico básico: el ser
humano no es solo egoísta y busca su bien particular, es mucho más un ser social
que coloca los bienes comunes por encima de los bienes particulares o los
intereses de los otros al mismo nivel que los suyos propios. Generoso es quien comparte,
quien distribuye los conocimientos y experiencias sin esperar nada a cambio.
Una sociedad es humana cuando más allá de la justicia necesaria incorpora la
generosidad y el espíritu de cooperación de sus ciudadanos.
Para Ruschel la generosidad se opone frontalmente al lema
básico del capital especulativo greed is good, es decir, la ganancia es buena.
No es buena sino perversa, porque casi ha hundido todo el sistema económico
mundial. En la generosidad hay algo de verdadero porque es específicamente
humano. En la afortunada metáfora del periodista Marcondes de la ONG
“Envolverde” hay que distinguir la generosidad de la simple filantropía, de la
responsabilidad social y de la sostenibilidad. La primera, da el pez a quien
tiene hambre; la responsabilidad social enseña a pescar; la sostenibilidad
cuida el río que permite pescar y, con el pez, matar el hambre. Sin embargo,
nos parece que la generosidad sola es insuficiente. Reclama otras soluciones
como la superación de la desigualdad, la forma de consumo y la atención a la
comunidad de vida, que necesita también ser alimentada y conservada.
La cultura: En 2001 el australiano John Hawkes lanzó
«el cuarto pilar de la sostenibilidad: la función esencial de la cultura en la
planificación pública». En Brasil ha sido mérito de Ana Carla Fonseca Reis,
fundadora de la empresa “Búsqueda de Soluciones” y autora del libro Economía de
la Cultura y Desarrollo sostenible, haberla asumido, difundiéndola a través de
muchos cursos y conferencias. Este aspecto de la cultura es fundamental, porque
encierra principios y valores ausentes en el concepto estándar de sostenibilidad.
Favorece el cultivo de las dimensiones típicamente humanas como la cohesión
social, el arte, la religión, la creatividad y las ciencias. Deja atrás la
obsesión por el lucro y armoniza mejor con la lógica de la naturaleza. Sucede
que esta dimensión de la cultura ha sido secuestrada por los intereses
comerciales. Solo será realmente eficaz cuando, liberada, funde una relación
creativa con la naturaleza.
La neuroplasticidad del cerebro: Los científicos se
dan cuenta de que la estructura neuronal del cerebro es extremadamente
plástica. A través de comportamientos críticos al sistema consumista, se pueden
generar hábitos de moderación y respetuosos con los ciclos de la naturaleza. El
cerebro coevoluciona según la evolución exterior, dándose así una relación de
interdependencia.
Y finalmente, el cuidado esencial: yo mismo he desarrollado
la categoría del cuidado como esencial para la sostenibilidad. Entiendo el
cuidado, expuesto en dos textos –El cuidado esencial: ética de lo
humano-compasión por la Tierra (1999) y El cuidado necesario (2012)–, como una
constante cosmológica y biológica. Los detalles pueden leerse en los libros
mencionados.
En esta fase de búsqueda de formas más adecuadas que
garanticen la sostenibilidad de la Tierra y el futuro de nuestra especie, toda
contribución es bienvenida y aporta siempre alguna luz.
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