sábado, 28 de julio de 2012

Defensa de la alegría

  
No he podido evitar poner hoy aquí este poema de Mario Benedetti. Me ha parecido tremendamente bello a la vez que sencillo.

Alegría. Qué bonita palabra y que bonito sentimiento tanto para tener como para regalar. 

Me había olvidado un poco de ella, aunque tengo la suerte de disfrutarla con mucha frecuencia en mi vida cotidiana, pero este poema me ha venido a recordar su existencia. A veces olvidamos lo que tenemos.

Realmente hay que defenderla, puede ser la diferencia entre la felicidad y la infelicidad, ni más ni menos.

  
DEFENSA DE LA ALEGRIA 


Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Mario Benedetti... uno de mis poetas preferidos.

Siempre hay que hacer lo más sencillo o complicado con alegría. Esto nos ayuda a que todo sea realizado con otro entusiasmo.

¡Alegría en todo! Ese espíritu alegre es lo que hace de nosotros personas diferentes.

Un montón de abrazos __aquí aún no ha llegado la crisis__ son gratis.