sábado, 22 de diciembre de 2018

La luz de la Navidad





Nació muy, muy, muy lejos. Era tan ligero que no pesaba nada, pura energía. Era asexual al igual que  sus cientos de miles de billones de hermanos y tuvo una muy larga existencia. Vivió experiencias increíbles a nuestro entendimiento.

Realizó un largo viaje hasta llegar a su destino y cumplir con la misión para la que había nacido. Muchos de sus hermanos se quedaron por el camino, otros pasaron de largo y otros salieron en otras direcciones y consiguieron también otros importantes objetivos.

Aunque ninguno tan importante como el suyo.

Después de muchos cientos de años, más de un millar, finalizó su existencia en la frente de un pequeño que acababa de nacer y se encontraba rodeado de paja dentro de un pesebre justo en el momento en que se arrodillaban delante de él tres monarcas cargados con oro, incienso y mirra que acababan de llegar montados en camellos y siguiendo el rastro de millones de hermanos suyos.

Mucha gente habla de los Reyes Magos pero nadie lo hace de Paraver, el primer rayo de luz de la Estrella de Oriente que iluminó la frente del niño Jesús.



© Copyright de los textos, Alvaro Emilio Sánchez Tapia, 2018