lunes, 30 de diciembre de 2013

2014





2013 vete a tomar por culo (con perdón) y, eso sí, sin acritud.

2014 te esperamos con ilusión.

A todos mis amigos os deseo un feliz, sano y alegre NUEVO AÑO.


¡Os quiero!!!





viernes, 20 de diciembre de 2013

Mi cuento de Navidad 2013.




Este es mi humilde cuento de Navidad que quiero regalar a mi familia (en la que incluyo a Nines y la suya y también a Bego y la suya), a mis amigos, a todos mis amigos que son muchos, de lo que me siento muy orgulloso. A los que veo con mucha frecuencia, a los que hace algún tiempo que no veo y a los que hace mucho pero guardo en un trozo importante de mi corazón. ¿Qué sería del mundo sin la amistad?. Y a todas las personas buenas, que son muchas, la mayoría.

A los otros NO, los que son malos y se comportan deshonesta y ruinmente NO. Con esos no quiero nada. Bueno, si, que desaparezcan.   

.....----- oOo -----.....

Cuento de Navidad.

Hacía un frío intenso, tanto que al entrar en la tienda para comprar el pan se dio cuenta que no podía hablar, su cara, sus mandíbulas no reaccionaban. Se quedó parado durante una decena de segundos, sin poder reaccionar, callado y parado, mirando hacia lo que había a su alrededor pero sin darse cuenta realmente de lo que sucedía.  

Transcurrido ese tiempo pasó al interior, donde estaban las estanterías del supermercado. El pan estaba junto a la bollería, al fondo del todo, a la izquierda de la pescadería.

De repente escuchó un ruido sordo, como si algo se hubiera caído al suelo. Se volvió y vio a una señora mayor, bajita y delgada que se agachaba a recoger medía docena de huevos desparramados por el suelo. La caja de plástico en la que estaban se había roto y varías yemas de color amarillento anaranjado manchaban el linoleum. Una niña de unos cuatro años estaba en cuclillas a su lado jugando con la viscosidad de lo derramado.

- No las toques Clara, te vas a poner perdida.

Se acercó a ellas y se agachó para ayudarlas y claro, se pringó también.

Pronto llegó una empleada con utensilios de limpieza y un gran rollo de papel blanco para las manos de la señora.

- Vaya diablo, tan pendiente estaba de ella que he tropezado y se me han caído los huevos.

- No se preocupe señora, pero tome, límpiese y séquese bien -la dijo acercándola un nuevo trozo de papel-.

Al darla la toalla improvisada notó que tenía las manos heladas, tan frías como templada era esa mirada que salía de unos ojillos pequeños de un bonito color miel. Vio como agarraba fuertemente a la niña de la mano, ajustándola contra su abrigo. Iba regañándola con suavidad pero con firmeza.

- ¡No te vuelvas a soltar de mi mano!

Vio como se acercaban de nuevo al estante de los huevos para coger otra media docena. Se aproximó y le dijo a la señora que esta vez no se le iban a caer, que él mismo se los llevaría hasta la caja.

Como eran días de Navidad había grandes colas para pagar y mientras aguardaban la señora le comentó que la niña era su nieta, hija de una de sus hijas que estaba trabajando en una suplencia de dos días que le había salido en la limpieza de un hospital. Que Clara era muy traviesa y sobre todo demasiado consentida y eso no podía ser. Que iban a comer un par de huevos con patatas fritas y como en el paquete había seis... pues podía juntarse con ellas, le invitaban encantadas y así, además, podía ayudarlas a cambiar una bombilla de una lámpara.

Era veintiuno de diciembre, hacía un día soleado y bonito aunque con un fuerte viento que hacía que la sensación en la calle fuera, como ya he comentado, de un frío intenso.

Aceptó la invitación con la condición de que él llevaría el postre. Se fue un momento de la cola y cogió una madura piña tropical.

Al cabo de un buen rato llegaron al fin a la caja y pagaron.

Vivían en un primer piso de una casa cercana. Nada más entrar entendió el porqué de las manos tan frías de la señora, el ambiente era gélido. A la izquierda estaba la cocina y a la derecha se veía un pasillo con cuatro o cinco puertas, una cerrada, la abrió y entró cerrándola de nuevo a sus espaldas a la vez que le indicaba que por favor fuera con la niña a la cocina.

La cocina era espaciosa y luminosa, todo muy limpio. Había una pequeña mesa y dos sillas plegables. En una de ellas se sentó Clara con los pies colgando y balanceándose. Muy poco después llegó su abuela.

- He encendido el calefactor en el comedor, no me da para poner la calefacción en toda la casa, es muy caro. Le he dicho a mi hija que lo mejor sería que vinieran todos a vivir aquí y de esa forma podríamos quizás ponerla todas las tardes, pero no quieren, dicen que su casa está mejor comunicada para esos trabajos eventuales que les salen. No se crea, yo tengo una buena pensión, saco novecientos euros todos los meses y con ello les ayudo lo suficiente para que vayan pagando el piso. La lástima es la niña, que no puede ir a la escuela infantil y se queda conmigo hasta que viene alguno de sus padres a recogerla. Pero bueno, en la cocina y en el comedor se está bien, no hace demasiado frío.

- Bueno, a todo esto, me llamo Rafaela, mucho gusto, y mi nieta, como ya sabrá, Clara.

- Alfonso -dijo-, el placer es absolutamente mío.

Rafaela hizo unos huevos fritos con puntillas y patatas de sartén para chuparse los dedos.

Alfonso peló y troceó la piña llena de dulzor y aroma.


Todos disfrutaron juntos y fue el día más feliz de esas Navidades para él. Estaba sólo. No tenía a nadie. Fue el regalo de Navidad de dos ángeles. Uno de setenta y ocho años que no tenía para poner la calefacción en su casa en estos días duros de ruina y desesperanza y otro de cuatro, cuya inocencia e ignorancia aportaba toda esa esperanza necesaria para que los seres humanos adultos nos aferremos a la vida aun en las circunstancias más difíciles.
   
   
   

jueves, 12 de diciembre de 2013

Fotografía móvil.



Hoy cuento algo que a alguno os puede parecer tan evidente que penséis que soy un exagerado (... que tonterías dice este!!). Pero no, en primer lugar pienso que no es evidente para quien no lo ha sufrido y en segundo lugar hay personas que no se preocupan por estas cosas hasta que les suceden.
Nokia C7

Tengo dos teléfonos móviles no demasiado buenos y tengo varios amigos/as que tienen un iPhone.

Si os compráis un iPhone 4 o 5, no hay problema, las fotos son maravillosas las veáis donde las veáis, ya sea en el mismo teléfono, en una tablet, en un PC y quizás hasta si las veis en un televisor.

Uno de mis móviles hace fotos que en la pantalla del propio dispositivo no se ven muy bien, pero que sin embargo cuando las paso al PC y las veo en la pantalla (después de retocar un poquito el contraste) se ven con una calidad bastante aceptable. Es un antiguo NOKIA C7.

Pero luego tengo otro. Con éste el fin de semana pasado saqué un montón de fotografías cuyo resultado ha sido decepcionante. ¿Cual ha sido el problema? Pues que cuando las veía en la pantalla del móvil se veían muy bien de nitidez/definición, color, contraste, etc... Se veían tan bien que me puse como loco a sacar fotografías. Pero, cuando volví a Madrid... y las pasé al PC... absolutamente decepcionante en cuanto a todo: color (una gran saturación), contraste (excesivo y muy difícil de mejorar con programas de retoque) y una gran cantidad de "grano" que hacen que la nitidez/definición sea muy deficiente. Se trata de un Blackberry Curve 9380.
Blackberry Curve 9380

Y es que, claro, en una pantalla pequeña de 4 pulgadas es muy difícil ver los defectos de las fotografías, menos aun si la pantalla es bastante buena.

Lo dicho, elegid bien y no os fiéis sólo de que las fotos se vean bien en la pantalla del móvil.

  

NOTA importante:


Tened muy en cuenta que para que una cámara fotográfica sea buena no solo os tenéis que fijar en la definición en megapíxeles de las fotos que saca. Una cámara que saca fotos de 4 megapíxeles puede sacar fotos muy buenas y una de 12 megapíxeles puede hacerlas muy decepcionantes.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Mis amigos.



Ernesto, Ramón, Luis Carlos, Placi, por este orden me dejasteis.

Aunque mi vida ha cambiado, y mucho, estoy seguro que todavía estaríamos juntos, mantendríamos nuestra amistad, como la mantengo con vuestras familias.

Como os dije el año pasado, espero que aun sigáis siendo amigos, allí donde estéis. Que notamos que estáis haciendo todo lo que podeis por nosotros en estos tiempos difíciles. Seguid haciendolo por favor.

Os sigo echando de menos, de verdad.

Aun me queda un tizón encendido. Por vosotros.
 
 
 

jueves, 21 de noviembre de 2013

Futuro.



De repente una mañana nos despertaremos, nos levantaremos de la cama y nos daremos cuenta de que ya no sentimos esa incertidumbre tan habitual durante tantos años, que se  ha ido retirando imperceptiblemente, tan despacio que casi no nos hemos dado cuenta.

Que vemos lo por venir con menos inseguridad. Que nuestros hijos, nuestros padres, nuestras parejas, nuestros amigos, nosotros mismos, todos, tenemos trabajo, tenemos un futuro que no es la miseria absoluta. Eso sí, un trabajo precario, pero un sueldo casi todos los meses.

En realidad nos habremos acostumbrado a una situación que se estabilizó.

En ese mismo momento también nos daremos cuenta de que muchas cosas han cambiado a peor. Bueno, solo algunos, porque todos aquellos que tengan menos de cuarenta años no conocerán otra cosa.

Los que tengamos más de cuarenta sentiremos una profunda pena. Porque hemos conocido un mundo en evolución y lo que estaremos viendo es una profunda involución. Solo nosotros lo veremos y solo por ello sentiremos que hemos perdido la batalla de una forma aplastante. Sí, hemos sido aplastados.

El mundo estará dividido entre los más jóvenes, que de la nada habrán llegado a un mínimo inaceptable pero que les permite sobrevivir, y los de más edad, que de un mundo  social y laboralmente digno habremos pasado a esos mismos mínimos inaceptables (pero que no hemos tenido más remedio que aceptar).

Solo nos quedará una gran esperanza a todos.

Y es que, aprovechando que los vencedores estarán confiados y relajados con su victoria aplastante, consigamos que esa situación decepcionante de partida sea capaz de evolucionar hacia una sociedad más justa y de más igualdad, más respetuosa con la naturaleza y el medio ambiente, más solidaria y cooperativa. Con un mayor nivel de sostenibilidad.

Pero eso llevará tiempo. Será una evolución, no una revolución.

Hasta que otra vez, en un futuro lejano, los de siempre tengan necesidad de poner de nuevo su bota sobre nuestro cuello.


Pero mientras tanto vivamos, vivir es respirar. Vivamos lo mejor que podamos. Intentemos utilizar la alegría como antídoto.

Hay cosas que no nos podrán quitar nunca: la sonrisa de alguien que nos tiende la mano, un amanecer, la luz del sol en el cielo, una frase de cariño, un atardecer, el aroma después de una tormenta, el gesto de la cara de un niño dormido, una reunión de amigos, el abrazo de un ser querido, ... y muchas cosas más que son gratis y que solo es necesario que nos demos cuenta que existen, que nos pueden suceder, que sólo hay que buscarlas y serán nuestras si somos generosos, honestos y conscientes. 




Revolución, Evolución e Involución.




Real Academia Española.

Diccionario de la lengua española. 

El Diccionario de la lengua española (DRAE) es la obra de referencia de la Academia. 


--------------------- O ---------------------

revolución.
(Del lat. revolutĭo, -ōnis).
1. f. Acción y efecto de revolver o revolverse.
2. f. Cambio violento en las instituciones políticas, económicas o sociales de una nación.
3. f. Inquietud, alboroto, sedición.
4. f. Cambio rápido y profundo en cualquier cosa.
5. f. Astr. Movimiento de un astro a lo largo de una órbita completa.
6. f. Geom. Rotación de una figura alrededor de un eje, que configura un sólido o una superficie.
7. f. Mec. Giro o vuelta que da una pieza sobre su eje.



evolución.
(Del lat. evolutĭo, -ōnis).
1. f. Acción y efecto de evolucionar.
2. f. Desarrollo de las cosas o de los organismos, por medio del cual pasan gradualmente de un estado a otro.
4. f. Movimiento de una persona, animal o cosa que se desplaza describiendo líneas curvas. U. m. en pl.
5. f. Movimiento que hacen las tropas o los buques, pasando de unas formaciones a otras para atacar al enemigo o defenderse de él.
6. f. Mudanza de conducta, de propósito o de actitud.
7. f. Desarrollo o transformación de las ideas o de las teorías.
8. f. Cambio de forma.
9. f. Fil. Doctrina que explica todos los fenómenos, cósmicos, físicos y mentales, por transformaciones sucesivas de una sola realidad primera, sometida a perpetuo movimiento intrínseco, en cuya virtud pasa de lo simple y homogéneo a lo compuesto y heterogéneo.


involución.
(Del lat. involutĭo, -ōnis, acción de envolver).
1. f. Acción y efecto de involucionar.
2. f. Detención y retroceso de una evolución biológica, política, cultural, económica, etc.




lunes, 18 de noviembre de 2013

Mi Madrid en (un día soleado de) Otoño

 

Es sólo un muy pequeño reportaje, fue el domingo 31 de Octubre pasado, un día otoñal precioso.



El Rastro


Lavapiés















El Pirulí desde la calle Ibiza.


Calle Ibiza




jueves, 14 de noviembre de 2013

Mar reducido de bacalao con puerros y patatas (Purrusalda).



Otra receta en plan "Menrollo".

Se puede decir de las dos formas: Purrusalda y Porrusalda

Y se trata de un platejo de cuchara en el que se juntan la huerta y el mar seco en salazón.



Ingredientes para 3 o 4 comensales:

3 puerros gorditos.
3 patatas grandes.
3 buenas piezas de bacalao (pero de bacalao bacalao, aunque sea un poco más caro).
4 cucharadas soperas grandes de aceite de oliva del mejor (no seáis tacaños).
Un poco de harina.

Vais a utilizar una olla normal o una "a presión". Si utilizáis esta última que sea de las normales, no  de las rápidas.


PROCESO:

Previa. Uno o dos días antes se desalan los trozos de bacalao.

Antes de ponerlos en agua se limpian bien al chorro de agua para quitarles la sal que tienen por fuera y que suele ser mucha. Luego se dejan en agua, mejor en el frigorífico, durante un periodo de tiempo comprendido entre 24 y 48 horas, cambiando el agua cada 12. Lo normal es que para las piezas finas basten 24 horas y para las piezas muy gruesas tengan que ser 48. Comprad el bacalao en una buena tienda especializada y en ese caso preguntad al que os lo vende cuanto tiempo tiene que estar en agua lo que habéis comprado. En esas tiendas tienen buen bacalao y saben.  

Una vez que el bacalao se ha desalado se pone en un escurridor en la nevera hasta que se utiliza, para que vaya soltando el exceso de agua.

Comencemos.

Se pelan las tres patatas y se cachean en trozos, ni muy grandes ni pequeños. Cachear ya sabéis que significa cortar a cachos, para ello se mete el cuchillo sin atravesar del todo, sino que a mitad de camino se hace palanca y se quiebra la patata consiguiendo que los cortes no sean absolutamente limpios. Se apartan las tres patatas cacheadas en un plato hondo.

Se vierte en la olla la cantidad de aceite que he indicado (se puede echar algo más, pero nunca menos) y se pone al fuego hasta que el aceite está bien caliente. Se echan entonces los tres trozos de bacalao que previamente se han enharinado. Se sofríen durante muy poco tiempo, un par de vueltas rápidas, que se doren mínimamente. Luego se retiran a una fuente.

En la misma olla, que tiene ya el aceite calentito y con el gusto del bacalao, se echan los puerros que previamente se han lavado y cortado en trozos grandes, se doran y cuando estén se apartan a la misma fuente en la que está el bacalao, para que se hagan compañía.

Lavar los puerros.

Se cortan eliminando la parte verde del final. Hay que cortar justo por donde el puerro se abre. Tened cuidado de cortar bien porque en la parte abierta los puerros suelen tener tierra y os puede destrozar todo el guiso. Luego, lo que queda se lava bien al chorro de agua y se seca.

Recapacitemos.

Ahora ya tenemos en la fuente el bacalao desalao y frito y los puerros cortados y dorados en el aceite del bacalao. En el plato hondo tenemos las patatas troceadas. Y tenemos una olla con el aceite utilizado para sofreír el bacalao y los puerros. Por si fuera poco tenemos un olor delicioso en la cocina. Y, si sois como debéis, habrá una botella de vino y una copa para alegraos aun más el momento.

Finalicemos.

Se vuelve a poner la olla en el fuego, se echa el bacalao, los puerros y las patatas. Se cubre todo con agua, por encima hasta que el líquido sobrepase un dedo por encima de todo.

Si es una olla normal se espera a que comience a hervir, se baja el fuego y se cuentan unos veinte minutos. Deberéis vigilar si baja mucho el nivel del líquido para añadir más agua si eso sucede. El vinito blanco hará que la espera os sea más llevable. El vino tinto también.

Si es una olla a presión bastará diez minutos pitando y apartar del fuego. Abrid la olla cuando se pueda y probadlo, si le hace falta un poco más de cocción, hacedlo ya sin la tapa.

Comámoslo.

Yo me lo tomaría como plato único, ya que antes habremos tomado algún pinchejo con el vino. Y lo acompañaría con un vino blanco bastante seco, por supuesto que no sea verdejo. De postre fruta, la que mas os guste, yo os recomiendo una chirimoya madura.

Truko.

Las piezas de bacalao, a ser posible, magras, sin espinas. Una vez que se han sofrito se pueden meter en una redecilla, como las de los garbanzos en el cocido, y así no se desharán desparramándose por la olla.

¡Qué bonito es el mar!



Bon apetit.  
   
  
  

viernes, 8 de noviembre de 2013

Stress y control del tiempo



Ayer hice un comentario a una persona muy querida, mucho.

Lo voy a postear aquí. Es valido y puede serle útil a cualquiera.


Sobre el stress y el tiempo.

Ante una situación que has evaluado como "URGENTE", por mucha prisa que creas que tienes lo normal es que puedas disponer de algún tiempo para darte la oportunidad de pensar antes de hacer. El motivo es no actuar irreflexivamente. En algunos casos solo podrás dedicar unos pocos segundos, pero en otros podrás disponer de bastante más tiempo, minutos quizás. Pero en cualquier caso piensa lo que nuestro cerebro puede hacer en tan solo diez segundos. Cuenta diez segundos y valora la velocidad a la que va nuestro cerebro.

Todos tenemos que intentar utilizar ese tiempo, tan importante, por pequeño que sea, tenemos que aprender. Nos ayudará mucho a muchas cosas. A actuar reflexivamente. A tranquilizarnos. A equivocarnos menos, o por lo menos saber que si nos equivocamos no ha sido por actuar alocadamente. A reducir nuestro nivel de stress, porque el actuar "como pollo sin cabeza" es una actitud que intranquiliza y mina nuestro nivel de autoestima aunque no nos demos cuenta.

En resumen: esta actitud ayuda a adquirir buenos hábitos antistress.

Porque es precisamente el stress lo que no nos deja actuar correctamente. Nos conduce a un estado de excitación nerviosa que domina la situación y no debe ser así. Debe ser nuestra racionalidad la que la domine. Esa sensación de malestar y culpabilidad por no saber si hemos tomado una determinación correcta hará que estemos más nerviosos, acumulemos más stress y la situación se deteriore aun más.

El stress es muy mal consejero, muy mal compañero, el peor.

Te animo a que recapacites sobre ésto e intentes comenzar a tomarte ese tiempo, ese pequeño pero importante tiempo.

No es fácil al principio pero te hará ser una persona nueva y mejor.

Te lo aseguro.
  
  
  

viernes, 25 de octubre de 2013

Palabraras 4 (Aledaño).



 
Me gusta, me suena bien y además tiene una "ñ".

Palabra española 100%.


------------------------------------------------ oOo ------------------------------------------------


Ejempliyo:

"Siempre me pasa en jueves y días aledaños."


                                                        ------------------------------------------------ oOo ------------------------------------------------


Diccionario de la Lengua Española (RAE)

aledaño, ña.


(Del lat. adlatanĕusde ad latus).


1. adj. Confinante, lindante.


2. adj. Dicho de una tierra, de un campo, etc.: Que lindan con un pueblo o con otro campo o tierra y que se considera como parte accesoria de ellos. U. t. c. s. m. y m. en pl.


3. m. Confín, término, límite. U. m. en pl.


  


  

martes, 22 de octubre de 2013

Merluza bajo la lluvia sobre los verdes prados


Receta en plan "Menrollo".

Tenéis que tener:

  • Una sartén, una fuente de horno, una espumadera y una cuchara de palo y un cuchillo que corte muuuuy bien.
  • Media merluza, o pescadilla grande, abierta y sin espina. Yo prefiero la parte de arriba, pero va en gustos.
  • Una cebolla grande cortada en gajos muy finos.
  • Un diente de ajo muy picado.
  • Muuuuuucho perejil picado.
  • Aceite de oliva del bueno, bueno, cuanto mejor, mejor, para freír.


Se echa el ajo picado en el abundante y caliente aceite de oliva que se ha echado previamente en la sartén.

Enseguida se dorará y entonces se debe echar la cebolla que se ha cortado en gajos muy estrechos. La cebolla se pocha lentamente, a fuego muy lento y en cuanto esté dorada se retira. Bueno, más que dorada, cuando esté amarilla y blandita.

Se aparta la cebolla y los trocitos de ajo en un plato. A la sartén, también apartada del fuego, con el aceite que queda se le echa un vaso (400 centilitros) de agua y vino blanco seco. Tres partes de agua y una de vino.

Se pone de nuevo la sartén al fuego y cuando la mezcla hierva se le añade el muuuuucho perejil que tenemos picado. Se le da un hervor de unos 2 minutos (no pasa nada si son 3 o 4). Se aparta.

En una fuente de horno se pone la merluza abierta y limpia, con la piel para abajo. O sea solo se ve la parte blanca. Se le echa sal al gusto.

Se pone la cebolla pochada (con su ajito picado) por encima de la merluza y luego se vierte el líquido por encima.

En la fuente queda la merluza con el penacho de cebolla por encima y rodeada de liquido verdoso por la acción del perejil.

Se introduce en el horno precalentado a 220 grados con el grill puesto.

Si el horno tiene función turbo (con movimiento interno de aire caliente) se retira a los seis minutos. Si no tiene función turbo, se retira a los once minutos.

Cuando se saca debe tener caldito para mojar, como dios manda.

El agua se puede sustituir por un caldo muy ligero que hayáis hecho antes con la espina del pescado (echad muy poca, muy poca, muy poca sal y que hierva solo 5 minutos con media hoja pequeña de laurel). 


Rico, rico, rico y sencillo y recordad, lo siento, este pescado no se puede comer muy hecho porque queda muy seco. El pescado vive en el mar rodeado de jugosidad.
  
  

Huevos estrellados en calabacín.

                 

Receta en plan “Menrollo”.

Se pica cebolla, media cebolla por cada calabacín. Si el calabacín es grande, que la cebolla sea grande. Si es pequeño que la cebolla sea pequeña.

Se pela el calabacín y se corta en trozos grandes. Os propongo hacer rodajas gruesas, como el grosor de uno de mis dedos (yo tengo manos muy grandes y por lo tanto los dedos también) y cada rodaja cortarla en cuatro partes.

Se aparta un huevo (o dos, si lo vais a tomar entre dos).

Se sofríe la cebolla en plan pocharla, cuando esté un poco doradita, aunque no esté pochada del todo, se echan los trozos de calabacín y se sube un poco el fuego para que el calabacín se fría, no se cueza.

Yo pocho la cebolla echándola en aceite muy caliente, la doy tres vueltas con una cuchara de palo y bajo al mínimo el fuego. Soy generoso con la cantidad de aceite que echo en la sartén. Aceite de oliva del mejor posible, se nota. Téngase en cuenta que no he echado aun ni una pizca de sal a nada.

El fuego en que se fríe el calabacín no debe ser muy bajo. Es preferible tenerlo un poco alto y dar una vuelta a los trozos con frecuencia. Si ves que se doran demasiado, baja el fuego. Se nota que se doran demasiado cuando pasan del color dorado al marrón.

Cuando el calabacín esté dorado, se esparce un poco de sal sobre los trozos y se les deja tranquilos, no se les menea nunca más. Se echa el/los huevo/s encima y se deja/n cuajar al gusto de cada uno. Si queréis romperlos para que se vierta la yema, bien. Si no lo hacéis, también bien. El fuego no debe estar muy alto, para que no se quemen los trozos de calabacín y la cebolla, ni muy bajo, para que se cuajen los huevos. No se os olvide echar un poquito de sal, al gusto, también sobre los huevos.

Y... ¡ya está! un manjar sencillo y barato. A mi me gusta mucho por la noche, de cena.

Eso si, si no os sale del todo bien esta vez, si no está a vuestro gusto, seguro que la próxima vez lo conseguiréis.


IMPORTANTE.

Es importante que los trozos de calabacín estén churruscaillos por fuera pero blandos por dentro.

No os preocupe si la cebolla se os churrusca, siempre y cuando no se os queme.

Para lo anterior es muy importante manejar los distintos niveles de intensidad del fuego.

También es muy importante la calidad del aceite de oliva.

Y sobre todo estad en la cocina mientras se hace, estad un poco pendientes de ello. Disfrutad de la actividad de cocinar. Innovad si os apetece. Y si cocináis con una copita de vino en la mano (ya sea tinto o blanco fresquito) disfrutaréis aun más. No será más de media hora. Quizás veinte minutos.

NECESITAIS.

Un calabacín.
Media cebolla.
Uno o dos huevos.
Aceite de oliva de la mejor calidad posible.

Sal.


viernes, 11 de octubre de 2013

¿Quien soy?

 

Era pequeño, de tamaño, de valor, de atracción, de color, de potencia, de percepción, de ánimo.

Siempre estaba en el mismo lugar y siempre pasaba desapercibido, era capaz de mimetizarse con el color y con el estado de todo.

Una vez voló una mosca a su alrededor y se posó en su superficie suavemente, delicadamente. Se había dado cuenta de lo que era, su composición, su estado, su volumen, su esencia, su peso… Se mantuvo allí durante varios segundos. Solo sucedió una vez, alguien o algo por una vez había percibido su presencia, y fue una mosca.

Nada hacía prever a nadie que ese estado de cosas durara mucho tiempo, parecía que todo iba a ser pasajero, que duraría lo que tarda un pensamiento en envejecer, pero no fue así. Durante años nadie percibió su existencia.

Como es lógico era gris, tan gris como una tarde nublada y fría de invierno.

Nunca fue amado, odiado, rechazado, abrazado, ridiculizado, mimado ni siquiera insultado y sufría por ello pero sin dolor, porque no era capaz de sentirlo.

Jamás llegué a saber si era un ser viviente o un objeto inanimado.

Solo se que existía.

Solo puedo ser dios, el narrador de esta poco útil historia o una mosca.


¿Quién soy?
  
  


lunes, 7 de octubre de 2013

Sanidad pública


  
No hay que privatizar los servicios sanitarios públicos para que funcionen, lo que que hacer es que funcionen, que la sanidad publica funcione. ¿Como? Pues muy fácil, controlando más a los funcionarios, a todos. A los que tienen que organizar, apretándoles para que organicen. A los que tienen que atender a los ciudadanos, apretándoles para que lo hagan bien.

Demasiadas veces un funcionario de sanidad me ha tratado mal, y no siempre un médico, y eso está muy mal, porque lo hacen por dejadez, porque se creen que el puesto es suyo y para siempre.

Que los políticos aprieten a los funcionarios en vez de privatizarnos la sanidad.

La sanidad privada está hecha una pena, como podemos comprobar cada vez que vamos a un hospital privado.

Pero, insisto, eso no quiere decir que la sanidad publica funciona bien, porque no es cierto, funciona bastante mal.
  
  

jueves, 26 de septiembre de 2013

La educación de los hijos



Muchas veces me pregunto si en el mundo en que vivimos, y lo que es peor, si en el que dicen que nos viene, unos padres hacen bien en intentar inculcar en sus hijos cierto tipo de valores como son:


  • El amor
  • La generosidad
  • La amistad
  • La honestidad
  • El altruismo
  • El respeto
  • La tolerancia
  • La solidaridad
  • El agradecimiento
  • etc...


A primera vista más parecen lastras que virtudes para poder sobrevivir en nuestra sociedad. Y todos queremos que nuestros hijos sobrevivan en nuestra sociedad y lo hagan de la mejor forma posible.

Pero después pienso en qué sería de nuestra sociedad si no hubiera personas que apreciaran (y practicaran) esos valores y entonces me entran dudas.

Quizás lo más adecuado sea no tener hijos si no se está preparado para ello, si no se está dispuesto a arriesgar, si no se está dispuesto a sufrir.

Pero si se tienen, si las personas que los tienen son conscientes de que ante todo son seres humanos, si quieren lo mejor para sus hijos, nietos, bisnietos, tataranietos..., en definitiva, si quieren lo mejor para la especie humana, deben inculcar ese tipo de valores a sus hijos.

Si no piensan hacerlo, lo dicho, que no tengan hijos, seguramente serán un lastre y un engorro para ellos. 

Se me han disipado las dudas, por lo menos en gran parte. 

Ya sabéis lo que opino, siempre es bueno dudar.