viernes, 29 de mayo de 2020

Oscuridad





Soy torpe, voy a levantarme, me cuesta, estoy entumecido, y me siento inseguro, despacio, primero giraré y me pondré de rodillas, he tenido que apoyar las manos y es asqueroso, a continuación apoyaré el pié derecho en el suelo, no quiero volver a tocar nada con las manos, al menos con las palmas, hay mucha suciedad, me da asco, antes no me lo daba, ya está. Ahora voy a estirar la pierna derecha, ya, estoy de pie, pero no erguido, tengo el torso inclinado hacia adelante, no me atrevo ¿Habrá altura suficiente? No huele bien, quizá a humedad, es posible, estoy sudando, iré despacio, muy despacio, ¡levanta el tronco! tienes que hacerlo, tienes que hacer algo, tienes que conocer este lugar, aunque no sepas dónde estás, para vivir tienes que arriesgar, ya está, ¡Qué alegría, estoy de pié, completamente erguido y mi cabeza no ha chocado contra nada! Me siento mejor. No. Esto no es nada. Sigo sintiendo miedo. Voy a levantar el brazo, cerraré el puño para no palpar nada, seguro que lo que toque estará sucio y húmedo, ¿Habrá algún bicho? Cucarachas caminando por el techo, sin caerse, yo no podría si hubiera techo, si al menos tuviera unos guantes… No, no toco nada, el techo es más alto, si es que lo hay. Qué bien, hay que arriesgarse, no me cabe la menor duda, me siento mejor, no me duele nada. Ahora voy a dar un paso, adelantaré la pierna derecha, claro que ¿para qué arriesgar?, voy mejor a arrastrar el pie hacia adelante ¿o mejor el izquierdo? Sí, mejor, si pasa algo que le pase al izquierdo, el derecho es el bueno, no puedo perderlo. Ya está, el talón del pie izquierdo toca la puntera de mi zapato derecho, porque llevo zapatos. Ahora voy a juntar los dos, uno al lado del otro. Y no me ha pasado nada. Voy a seguir. Ahora tengo más miedo, lo que sea está más cerca. Oigo algo, no, no distingo qué es. ¡Otra vez! ¿Una gota chocando contra el suelo? Quizás, pero muy lejano. Voy a arrastrar de nuevo el pie.

Bueno, ya llevo diez pasos, como mi pie mide cuarenta centímetros, ¡llevo 4 metros! Esto es muy grande, viviré a gusto aquí, tengo espacio suficiente, podré mantenerme en forma dando paseos varias veces al día. ¿Y cómo voy a saber cuándo es otro día? ¿Cómo voy a saber que es de día? A ver, los problemas de uno en uno. Ahora voy a volver. Tengo que girarme, pero exactamente ciento ochenta grados, he de ser preciso. Pie derecho en ángulo recto con pie izquierdo, ahora pongo el izquierdo junto al derecho. Repito la operación, una vez. Ya está. Otros diez pasos, ya estoy de nuevo donde comencé. Bien, ¿estoy cansado? no mucho, pero me vendría bien descansar un rato, he pasado momentos de gran tensión. Pero si me muevo para sentarme perderé la referencia de hacia donde he caminado. Voy a pensar un rato como solucionar este problema. Ya está, me arrodillo, echo el culo hacia atrás y me siento. Ahora me podré tumbar. De hecho voy a hacerlo. Qué asco. Ya. Mañana exploraré más. ¿Y si tengo hambre? Mañana me preocuparé. Voy a intentar dormir. Es repugnante, esto está sucio y húmedo. ¡Me hundo!

© Copyright de los textos, Alvaro Emilio Sánchez Tapia, 2019




                                                                                                                         2019.12