viernes, 17 de mayo de 2013

Actitudes

 

Una chica llega al aeropuerto y en una de las tiendas compra un paquete de galletas, de esas tan especiales. Lo mete en el bolso y se dirige a la puerta de embarque.

Cuando sube al avión se sienta en la parte de la ventanilla de una fila de tres.

Al cabo de un rato llega un señor y se sienta en el asiento del pasillo.

El avión despega y la chica se dispone a coger el paquete de galletas que ha dejado en el asiento del medio. Cuando va a coger una, ve que el señor se le adelanta, abre el paquete, coge una de ellas y se la come.

Ella le mira con cara de sorpresa, no dice nada pero a continuación toma una galleta y se la come.

Al cabo de otro rato, el señor coge de nuevo una galleta. La chica no cree lo que está viendo, pero no dice nada, solo está indignada.

En el transcurso del vuelo van cogiendo galletas entre los dos y se las van comiendo mientras que la chica sigue sin creer lo que está viendo a la vez que su indignación va creciendo, pero a pesar de todo no dice nada.  

En un determinado momento solo queda una galleta en el paquete y el señor la coge, la parte en dos y le da la mitad a la chica, que ya no sabe como puede no decirle nada ni increparle, pero lo consigue. A continuación el señor coge el paquete vacío, lo dobla y lo pone en la rejilla del asiento delantero.

El avión llega a su destino y cuando la chica, ya en la terminal de llegadas, mira su bolso, se encuentra con el paquete de galletas que compró intacto. 

Pensó que lo había sacado del bolso, que lo había puesto en el asiento, pero no fue así.
  
  
  

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