Mi río baja lleno de ideas, de realidades, de emociones, de sensaciones, de alegrías y tristezas, de sueños y... hasta de agua.
En él hay gente pescando ilusiones, hay también remolinos de pesadillas, afluentes de amistad y meandros de dudas.
Mi río a veces atraviesa una jungla con fieras terribles y oscuras que acechan sus orillas, y grandes árboles que no dejan pasar la luz. Otras veces discurre a través de plácidos prados por anchos valles bajo el sol.
A veces sus aguas bajan tranquilas permitiendo placenteros baños en sus orillas junto a cisnes blancos. En otros momentos sus aguas se encabritan y turbian poniendo en peligro cualquier deseo de navegación, en ese caso todo finaliza con un brusco salto al vacío sobre una pequeña y tranquila laguna, después de la tempestad siempre llega la calma.
De vez en cuando hay que limpiar el fondo extrayendo todo el lodo que se ha ido acumulando durante años.
Pero no sé donde desemboca, no he llegado aun.
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