Receta en plan "Menrollo".
Tenéis que tener:
- Una sartén, una fuente de horno, una espumadera y una cuchara de palo y un cuchillo que corte muuuuy bien.
- Media merluza, o pescadilla grande, abierta y sin espina. Yo
prefiero la parte de arriba, pero va en gustos.
- Una cebolla grande cortada en gajos muy finos.
- Un diente de ajo muy picado.
- Muuuuuucho perejil picado.
- Aceite de oliva del bueno, bueno, cuanto mejor, mejor, para freír.
Se echa el ajo picado en el abundante y
caliente aceite de oliva que se ha echado previamente en la sartén.
Enseguida se dorará y entonces se debe echar
la cebolla que se ha cortado en gajos muy estrechos. La cebolla se pocha
lentamente, a fuego muy lento y en cuanto esté dorada se retira. Bueno, más que
dorada, cuando esté amarilla y blandita.
Se aparta la cebolla y los trocitos de ajo en
un plato. A la sartén, también apartada del fuego, con el aceite que queda se
le echa un vaso (400 centilitros) de agua y vino blanco seco. Tres partes de
agua y una de vino.
Se pone de nuevo la sartén al fuego y cuando
la mezcla hierva se le añade el muuuuucho perejil que tenemos picado. Se le da
un hervor de unos 2 minutos (no pasa nada si son 3 o 4). Se aparta.
En una fuente de horno se pone la merluza
abierta y limpia, con la piel para abajo. O sea solo se ve la parte blanca. Se
le echa sal al gusto.
Se pone la cebolla pochada (con su ajito
picado) por encima de la merluza y luego se vierte el líquido por encima.
En la fuente queda la merluza con el penacho
de cebolla por encima y rodeada de liquido verdoso por la acción del perejil.
Se introduce en el horno precalentado a 220
grados con el grill puesto.
Si el horno tiene función turbo (con
movimiento interno de aire caliente) se retira a los seis minutos. Si no tiene
función turbo, se retira a los once minutos.
Cuando se saca debe tener caldito para mojar,
como dios manda.
El agua se puede sustituir por un caldo muy
ligero que hayáis hecho antes con la espina del pescado (echad muy poca, muy
poca, muy poca sal y que hierva solo 5 minutos con media hoja pequeña de
laurel).
Rico, rico, rico y sencillo y recordad, lo
siento, este pescado no se puede comer muy hecho porque queda muy seco. El
pescado vive en el mar rodeado de jugosidad.
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