jueves, 12 de marzo de 2015

El poder de una sonrisa

 

 
Hace algún tiempo paseaba un día de fiesta por la calle Arenal de Madrid y vi como un ejercitillo de gente graciosa con camisetas iguales, de color verde, hacía aspavientos y se acercaba a los paseantes.

Se trataba de regaladores de abrazos. Se acercaban a ti y te preguntaban si querías un abrazo gratis.

Bueno, no está mal, seguro que alguien estaría dispuesto a recibir uno si consigue vencer su timidez. La soledad y la depresión son muy malas y el contacto físico con otros seres humanos en forma de abrazo puede ayudar.

Esto es a modo de introducción.

Lo que yo pretendo resaltar aquí es algo parecido pero más suave, una sonrisa, franca, espontánea y sincera.

El poder de una sonrisa.

Quizás sea en lo primero que me fijo cuando conozco a una persona: su mirada, su expresión facial y su sonrisa, en caso que exista.

Si lo que veo es una sonrisa (franca, espontánea y sincera) ya estoy vencido, predispuesto a que me caiga bien.

A veces cuesta, lo sé, a mí también, pero hay que practicar la sonrisa, aunque solo sea para conseguir que sea franca, espontánea y sincera. Pero también para sentirnos bien y para regalar al mundo.

Cuando consigamos que nos salga bien posiblemente veremos que la gente nos mira de otra forma, mejor.

Sonrisas, una medicina barata para nosotros que podemos aplicar a los demás.   
  
  
  
  
  

No hay comentarios: