martes, 20 de noviembre de 2012

Qué valemos, qué costamos.



Acabo de leer una frase lapidaria en otro blog: "Ya no te miden por lo que vales sino por lo que cuestas"

Es una frase que me ha dado de golpe en mitad del cerebro, que me ha hecho ver claro lo que realmente estaba viendo sin enterarme desde hace ya diez años en mi ámbito laboral. No importa lo válido que seas, lo productivo, lo eficiente, lo proactivo, lo responsable, sino lo que cuestas. Triste ¿verdad? ¿a vosotros os está pasando lo mismo? 

Quieren gente barata sin importar lo eficiente o productiva o inteligente o innovadora que sea. Obedientes, eso si, quieren gente obediente, que haga lo que se les diga sin rechistar.

Ahora me doy cuenta de cómo nos va. De cómo me ha ido a mi. Pero no me arrepiento, hay una cosa que se llama conciencia y esa me deja dormir bien todas las noches. 


Se lo dedico a la gente que quiero, a mis amigos de verdad, esos son los que me dan ánimo para seguir creyendo en la humanidad.   
 

No hay comentarios: