martes, 19 de abril de 2011

Investigacion IX

Así que, ... "EXPO ANGL".

Vaya, algo a lo que agarrarse, algo con lo que continuar. Entro en Google y escribo "ANGL", pocas pistas. Una empresa colombiana que se dedica a producir eventos como banquetes, fiestas, audiovisuales, etc... y una cadena de ropa en el área del sur de California "ANGL Clothing Stores". Bueno, no me rindo, ahora tecleo "EXPO ANGL" y... nada, absolutamente nada, como Google es muy listo me saca, así, por su cuenta, unos cuantos "expo angel", pero claro no es lo mismo. Por un momento me hace dudar, pero no, lo que estaba escrito era ANGL, no ANGEL, estoy absolutamente seguro.

Guía telefónica, me acuerdo que aun existe, Páginas Amarillas, bueno pues allá voy. Nada, no hay nada en Madrid con ese nombre.

Decepción. 

No me va a quedar más remedio que ir allí, al piso y enfrentarme a lo que sea, directamente, sin pistas previas.

Se me ocurre ¿y si voy un día festivo?, evidentemente no habrá nadie, por lo que no podré llamar al timbre y que me abran, pero bien es cierto que al no haber nadie tampoco podrá descubrirme. Así puedo hacer una incursión por la zona, explorarla.

En las guerras, cuando iba a haber una batalla, a los generales de los ejércitos creo que les gustaba visitar el lugar de la confrontación. Así podían ver los detalles, si había hierba, si estaba muy alta, si había muchas piedras, la vegetación, los árboles, los olores, en fin, identificarse con el lugar sobre el que iban a desarrollarse sus órdenes. Lo mismo ocurre con los equipos de futbol cuando van a jugar un partido muy importante fuera de casa, intentan entrenar, aunque sean sólo unos pocos minutos, en el lugar donde más tarde van a jugar, identificarse con el terreno de juego, el escenario.

Me parece una buena idea y decido que me voy a acercar el próximo viernes, que es fiesta.

Quiero hacer constar que esta mañana otra vez nos hemos encontrado. Yo bajaba las escaleras mecánicas de la estación de mi barrio y, en contra de lo que hago habitualmente, me he quedado parado uno de los escalones dejando que me llevaran. Delante de mí bajaba una chica andando y mientras lo hacía tapaba el objeto de mi investigación, cuando lo ha sobrepasado me he dado cuenta de que estaba allí, como yo, dejándose arrastrar. Al observar, de espaldas, su poco agradable figura, me he preguntado ¿Cómo es posible que alguien con un aspecto tan neutro y vulgar me haya llamado la atención hasta este punto? Gracias a mi inmovilidad he podido mantener la distancia y fijarme en sus formas, en su vestir, en su imagen desgarbada y anodina, tranquilamente, sin ser observado, aunque sea de espaldas, cierto que me he sentido un poco cobarde por ello.

El resto es la historia de casi siempre, excepto cuando contactó conmigo en el vagón. Hoy he salido yo antes. Mira que he subido despacio las escaleras, pues nada, cuando he llegado a las mecánicas del segundo tramo, he visto que se había retrasado y ahí estaba, al fondo, acababa de finalizar su tramo de mecánicas, caminando hacia mí al fondo del pasillo, estaba más lejos que yo de este segundo tramo. Me ha visto, estoy seguro, y ha escondido rápidamente la mirada hacia un lado, pero, de pronto, en una décima de segundo, ha debido cambiar de opinión y la ha vuelto de nuevo hacia mí, me ha mantenido la mirada y ¡ha sonreído!, juraría que me ha dedicado una sonrisa burlona, lo juraría... pero no puedo estar seguro porque he acelerado el paso para tomar primero el siguiente tramo de escaleras. Ahí ha acabado todo.

¿Es posible que todos los días nos encontremos por azar? 

El próximo viernes, preferiblemente por la mañana, estaré en la calle Bruselas, en el número cuatro, veré como consigo que me abran la puerta y subiré al segundo piso. Subiré por las escaleras y bajaré en el ascensor. Veré si hay azotea por si necesitara esconderme... en fin exploraré el escenario, su escenario.

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