miércoles, 6 de abril de 2011

La Solidaridad.



Se da o se toma. Yo prefiero darla, porque sólo se toma cuando se necesita y para ello es necesario que alguien te la ofrezca. Y si la necesitas es que algo va mal, aunque lo más probable es vaya muy mal, realmente mal.

Debería haber bancos de solidaridad en los que se llevara un estricto control de los donantes. Si has sido donante podrías tener acceso a la de otros. Pero si no has sido donante te concederían un préstamo con la única condición de que la devolvieras en cualquier momento, cuando la necesite otro. Los reiteradamente morosos no podrían volver a obtenerla nunca, tendrían cerrada la puerta de este banco.

Significa el apoyo de quienes tienen algo a los que no lo tienen. Puede compararse con el concepto de las "economías de escala". Lo que unos pocos no pueden hacer porque no es rentable, un grupo suficientemente grande si puede hacerlo. El grupo acoge a la minoría para hacer "masa critica" y ayudarla.

Es lo que ejercitaban los movimientos estudiantiles y universitarios de los años 60 y 70 del siglo pasado, esos movimientos que cambiaron el mundo que llamamos occidental, que hicieron de él un lugar grato en el que vivir, que condujeron a la sociedad en la que vivían hacia el bienestar, creando la "sociedad del bienestar", que ahora se está viniendo abajo, entre otras cosas, por la falta de lo que movió a estos jóvenes catalizadores sociales, la solidaridad.

Es necesario hacer publicidad de ella, que la gente la conozca, que los que la han conocido alguna vez la recuerden.

Hay que hablar de SOLIDARIDAD y la mejor forma de hacerlo es ejerciéndola, proporcionándola a quien la necesite y en paralelo recordando al mundo que todos podemos necesitarla en algún momento.

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