miércoles, 13 de abril de 2011

Investigacion VIII

Son las 6.10 de la tarde y estoy enfrente de la puerta del Dr. Donoso con el dedo índice de la mano derecha a diez centímetros escasos del botón de llamada del timbre de la casa.

Hoy, al salir de trabajar me he dicho: se acabó, voy a acercarme para ver si compruebo donde trabaja.

Así que aquí me encuentro delante de la consulta del alergólogo esperando poder  avanzar en mi investigación y de paso, quizás también consiga, que se resuelvan mis problemas de rinitis alérgica, quien sabe...

Por fin hago sonar el timbre y la puerta se abre.

- Buenas tardes, pase.

Una voz femenina sale de dentro de una bata blanca de donde salen también dos piernas, dos brazos y una cabeza con rubios cabellos.

-Siéntese.

Me tomo la orden como una sugerencia y me siento en un sillón a la vez que doy las buenas tardes a una pareja joven y a una anciana que están esperando en la consulta.

La recepcionista se ha sentado para descolgar el teléfono que sonaba insistentemente.

Dudo durante unos instantes si ponerme los auriculares del mp3, pero decido que mejor no lo hago para poder oír cuando me llamen para pasar a la consulta.

La chica de recepción habla alto y tiene una voz aguda lo que me hace pensar que es imposible que alguien que hable con ella guarde algún secreto. Ahora mismo está hablando con alguien al que dice a grito pelado:

- ya puede venir cuando quiera a que le vacunen

- si, ya no hay problema, ayer lunes lo arreglaron, han sido más de dos semanas sin ascensor…

¡Cáspita!, o sea, que el ascensor estaba estropeado... o sea, que no es que subiera las escaleras andando porque fuera al primer piso...
¡Puede que se dirigiera a cualquier otro piso de la casa!

Pego un salto del sillón, me dirijo hacia la puerta y me voy sin despedirme. Tendré que esperar a otro momento para que alguien me solucione mi rinitis.

Todo se me ha venido abajo, otra vez tengo que empezar, otra vez tengo que  esperar a que coincidamos una mañana y seguir sus pasos sigilosamente hasta el portal, ¿y luego? Esta vez me descubre. ¿O quizás ya me ha descubierto? Porque yo creo que se huele algo... el contacto del otro día en el vagón del metro creo que no fue fortuito...

La sed que tengo me lleva a la cafetería que hay a la vuelta de la esquina, antes de llegar a la boca del Metro. Un lugar agradable y tranquilo por cuya puerta paso todos los días, dos veces, y en el que entro por primera vez.

Hay una barra a la izquierda y mesas a la derecha. Huele a sandwich a la plancha, o sea, a margarina derretida por el calor. Odio ese olor. Casi al fondo, allí está, con su aspecto anodino y vulgar, tomando un café. Creo que no me ha visto. En unas décimas de segundo decido dirigirme hacia allí, a su lado. Casi rozo mi codo con su brazo, mi corazón palpita más fuerte. Me ha costado, ha sido un esfuerzo emocional, he entrado en su zona vital y tiene que haberse dado cuenta, es imposible lo contrario. Pido un cortado aunque sea lo único que me falte para ponerme como una pila, aunque realmente ya estoy así, como una pila de 12 voltios. Pensar eso me tranquiliza. De repente se mueve, se va, se aleja de la barra, veo como se dirige hacia una puerta que hay al fondo y que tiene un rotulo en la parte de arriba en el que se lee "ASEOS". Abre la puerta y desaparece de mi vista. Encima de la barra de la cafetería hay un montón de sobres al lado de la taza del café que se está tomando. No veo lo que está escrito en ellos. Me tengo que acercar y cuanto antes lo haga mejor, pues no tardará mucho en salir. Hago un esfuerzo mental y me acerco, sin disimular, que es la mejor forma de no dar el cante. En el primer sobre está escrito: "EXPO ANGL" C/ Bruselas, 4 - 2ºA Madrid. Ya está. Todo yo se relaja.

Vuelve a la barra, su brazo y mi brazo se tocan. Se toma de un trago lo poco que queda en la taza. Se dirige hacia la puerta de la calle, pero antes ha dicho un "adiós" que siento que se me clava, pues diría que va dirigido a mi, ¿o no?. Sinceramente, a pesar de lo anodino de su voz, me estremezco.

Después de tomarme el café, salgo a la calle y pienso que he avanzado mucho. Tendré que pensar cual va a ser mi siguiente paso.     

1 comentario:

Claudia Cazorla dijo...

Bueno, bueno, esto se pone cada día mejor :)