jueves, 25 de octubre de 2012

Seguridades e inseguridades.



Como siempre el equilibrio es lo que se debe perseguir.

Esta bien tener seguridad en uno mismo. Incluso se puede ver como una necesidad vital ya que permite vivir la vida de una forma mucho más relajada, proporciona, entre otras cosas, eso que yo valoro tanto llamado independencia.

Aunque es curioso que después de lo escrito en el párrafo anterior sobre la independencia tenga que reconocer que hay momentos en la vida en los que se desea febrilmente depender de algo o de alguien. Momentos normalmente asociados a soledad no deseada. ¡Qué contradictorio es el ser humano!

Volviendo al asunto de la seguridad, que es inseparable de la autoconfianza, el peligro es que por exceso puede llegar a ser nociva. Es el punto en el que la autoconfianza se convierte en arrogancia y esto ya es malo. La aparición de la arrogancia es el principio del fin de la seguridad. La arrogancia es una actitud generalmente rechazada por todo el mundo y el que es rechazado va perdiendo la autoconfianza poco a poco, es cuestión de tiempo. Se trata de un proceso de degeneración.

Por el contrario las inseguridades hacen que las personas sufran, a veces por tonterías que no lo son. Nos volvemos pequeños y frágiles, nos gustaría desaparecer, hacernos transparentes, como si no existiéramos. Casi cualquier cosa afecta a nuestro animo. Somos débiles emocionalmente.

En situaciones de inseguridad solemos encerrarnos en nosotros mismos, escudriñando nuestros comportamientos, recapacitando sobre nuestras actitudes y nuestros actos, analizando las relaciones de los demás hacia nosotros y las de nosotros para con los demás, nos autoevaluamos.

Por ello, si conseguimos salir de esa sensación de inseguridad, cuando lo conseguimos, seremos mejores personas que antes, para con nosotros mismos y para con los demás. Nos hemos regenerado.

Pero el objetivo debe ser mantener eternamente cualquier tipo de equilibrio vital o emocional. El equilibrio entre la seguridad y la inseguridad también.   
  
  

2 comentarios:

*** dijo...

Genial!! has sabido plasmar perfectamente las diferencias. Yo soy una persona insegura, pero detesto las personas arrogantes. Supongo que es muy complicado encontrar el equilibrio entre una y otra.

Como habrás leído alguna vez, yo soy persona que necesito la dependencia. Que otros dirijan mi vida me da seguridad. Siempre digo que es comodidad para no tener que tomar decisiones.

Buen fin de semana lluvioso.

Un abrazo.

Alvaro dijo...

Gracias _mag_

Voy a intentar tener un gran finde a pesar de la lluvia. Te deseo lo mismo.

:)

Abrazos.