Bien común y valores humanos.

  
Me gusta el articulo al que os dirigirá el enlace de abajo.

Es hora de acabar con las filias y las fobias absurdas, las que, si nos ponemos a pensar un poco en ellas, no tienen sentido. 

Coger todo lo referente a la religión católica meterlo en un saco y o subirlo a los cielos o tirarlo por un barranco. Coger todo los referente a los sindicatos meterlo en un saco y subirlo a los cielos o tirarlo por un barranco. Coger todo lo referente a los pro-abortistas o anti-abortistas en un saco y subirlo a los cielos o tirarlo por un barranco. Etc...

Sólo hay un enemigo, el que está atacando al ser humano y su humanidad, el que está intentando acabar con él como un ser libre y lo está consiguiendo: El neoliberalismo.

Y aun así reconozco que puedo estar equivocado. Hay que dudar de todo, hay que revisar todo.

Todo debe ser, merece ser, evaluado, reflexionado y juzgado por lo que vale, por lo que ofrece, por lo que quita, por lo que aporta, por lo que estafa, por lo que arruina, etc... y solo después de esa conclusión reflexionada y razonada, solo entonces, ser subido al cielo o tirado por el barranco. Tenemos que pensar, reflexionar  y nutrirnos de esos valores humanos de los que somos, desgraciadamente, deficitarios. 

Antes que de derechas o izquierdas (separación sin sentido hoy en día), religiosos o ateos, ahorradores o derrochadores, luchadores o mansos, antes que todo eso somos HUMANOS y la mayor cualidad de un ser humano debe ser la HUMANIDAD. ¿O no?

Os recomiendo que lo leáis, quizás no sea perfecto, posiblemente no os guste al cien por cien, pero tiene reflexiones humanas, constructivas y para algunos incluso innovadoras (desgraciadamente).

http://apalabrazos.wordpress.com/2012/12/12/el-bien-comun-asun-utande/

Finalmente otra vez esas palabras de uno de mis maestros:

"Sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido."
  
                                                                                                         Don Ernesto Sábato