Ayer leí una frase:
"Me pregunto cuántos de los que votaron a
Rajoy y su PP creyendo su promesa de no abaratar el despido, han terminado en
el paro con 20 días."
Mi respuesta mental fue: bastantes, seguro que
han sido muchos... e instintivamente mi imaginación se fue a dos
pensamientos:
1.- ¡Vaya panda de
pringaos!!!
2.- A mi entrada en
este blog llamada re-peperos.
Pero luego, enseguida, me di cuenta del drama
que hay detrás de cada uno de esos despidos y me arrepentí, me pareció cruel
por mi parte pensar en algo así. En serio. Hay que tener un poco de humanidad,
más en estos momentos.
Pero de todo esto, al final, unas horas más
tarde, lo que realmente me quedó es este pensamiento:
Una
democracia, un estado de derecho, puede realmente llegar a ser algo perverso, nocivo.
Me explico.
Cuando un sistema político se corrompe de tal
forma que los gobiernos y los parlamentarios de los partidos políticos que ganan las elecciones
incumplen sistemáticamente y desvergonzadamente sus programas electorales, ahí
es justo cuando se acaba la "democracia"
y el "estado de derecho".
¿Porqué?
Un estado de derecho es aquel en el se cumplen
las leyes. Y siempre, claro, pensamos que esas leyes son justas. Pero no tiene porqué
ser así.
Si el pueblo elige al parlamento (poder
legislativo) libre y democráticamente, está claro que delega en ellos la
potestad de hacer o modificar las leyes. Visto así, está bien, las leyes serían
justas y emanarían de la voluntad del pueblo.
El pueblo vota a un partido basándose o en su
programa o en su propaganda electoral.
Pero… y si luego esos representantes incumplen
sistemática y reiteradamente ese programa, ¿qué leyes van a hacer? ¿cómo van a
modificar esas leyes? pues... pueden hacerlo perversamente, pueden hacer
impunemente leyes injustas y/o mafiosas y/o que faciliten la corrupción y/o ...
En ese caso el estado de derecho sería algo perverso que solo sirve para pervertir y corromper una sociedad.
Algunos me diréis que un sistema democrático
se autorregula con la “oposición”, pero ¿y si la oposición no existe porque se
ha diluido mirándose su propio y triste ombligo? o peor ¿y si solo espera que pasen rápidamente cuatro años porque luego les toca a ellos chupar de la teta?
Esto es parte del problema, de nuestro
problema, y por eso tenemos que movilizarnos, cada uno como podamos, porque estamos
en esa vía que acabo de describir y solo nosotros podemos solucionarlo.
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