miércoles, 5 de diciembre de 2012

Estado de derecho perverso

 

Ayer leí una frase:

"Me pregunto cuántos de los que votaron a Rajoy y su PP creyendo su promesa de no abaratar el despido, han terminado en el paro con 20 días."

Mi respuesta mental fue: bastantes, seguro que han sido muchos... e instintivamente mi imaginación se fue a dos pensamientos:

1.- ¡Vaya panda de pringaos!!!

2.- A mi entrada en este blog llamada re-peperos.

Pero luego, enseguida, me di cuenta del drama que hay detrás de cada uno de esos despidos y me arrepentí, me pareció cruel por mi parte pensar en algo así. En serio. Hay que tener un poco de humanidad, más en estos momentos.

Pero de todo esto, al final, unas horas más tarde, lo que realmente me quedó es este pensamiento:

Una democracia, un estado de derecho, puede realmente llegar a ser algo perverso, nocivo.

Me explico.

Cuando un sistema político se corrompe de tal forma que los gobiernos y los parlamentarios de los partidos políticos que ganan las elecciones incumplen sistemáticamente y desvergonzadamente sus programas electorales, ahí es justo cuando se acaba la "democracia" y el "estado de derecho".

¿Porqué?

Un estado de derecho es aquel en el se cumplen las leyes. Y siempre, claro, pensamos que esas leyes son justas. Pero no tiene porqué ser así.

Si el pueblo elige al parlamento (poder legislativo) libre y democráticamente, está claro que delega en ellos la potestad de hacer o modificar las leyes. Visto así, está bien, las leyes serían justas y emanarían de la voluntad del pueblo.

El pueblo vota a un partido basándose o en su programa o en su propaganda electoral.

Pero… y si luego esos representantes incumplen sistemática y reiteradamente ese programa, ¿qué leyes van a hacer? ¿cómo van a modificar esas leyes? pues... pueden hacerlo perversamente, pueden hacer impunemente leyes injustas y/o mafiosas y/o que faciliten la corrupción y/o ...

En ese caso el estado de derecho sería algo perverso que solo sirve para pervertir y corromper una sociedad.

Algunos me diréis que un sistema democrático se autorregula con la “oposición”, pero ¿y si la oposición no existe porque se ha diluido mirándose su propio y triste ombligo? o peor ¿y si solo espera que pasen rápidamente cuatro años porque luego les toca a ellos chupar de la teta?

Esto es parte del problema, de nuestro problema, y por eso tenemos que movilizarnos, cada uno como podamos, porque estamos en esa vía que acabo de describir y solo nosotros podemos solucionarlo.

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