martes, 13 de marzo de 2012

Esto tiene que cambiar

  

El articulo que os propongo hoy, y que está más abajo, es sumamente interesante. Una vez más una persona lúcida que sabe escribir y exponer claramente lo que para mi es una realidad:

  1. Que los sindicatos llamados mayoritarios no se han comportado bien en las famosas negociaciones con la patronal que luego el gobierno del PP se ha pasado por el forro. Se han comportado como llevan haciéndolo durante años, viviendo en un mundo imaginario que solo se creen ellos, los cerriles, los pasados, los tristes, los que no ven más allá de las narices que tenían hace 30 años. Señores sindicalistas de CCOO y UGT: el mundo ahora es muy distinto, hay que cambiar, hay que evolucionar.

  1. Que los pequeños y medianos empresarios, ya lo escribí en este blog hace algunas semanas, están equivocados. Que su enemigo no son los trabajadores y sus derechos, que su enemigo realmente son los bancos, las grandes corporaciones y las multinacionales. Que tengan mucho cuidado de a qué lado de la mesa se sientan.

  1. Que, como dice el articulo, la mesa de negociación solo tenía una parte que tenía claro lo que había que hacer y además sabía que estaba apoyada por el nuevo gobierno del PP. Los que quieren un nuevo mundo de esclavos, más parecido a la época feudal que a una sociedad del bienestar para los ciudadanos.

En fin, que esto tiene que cambiar. Los sindicatos mayoritarios o cambian o desaparecerán y serán sustituidos por otra cosa. Los representantes de las pymes (la Cepyme) o cambian o ya no tendrán a quien representar porque no existirán pymes. Y los ciudadanos tenemos que conocer estas cosas y ser muy críticos con ellas. Ser crítico hoy en día es la mayor responsabilidad que tenemos los ciudadanos.

De momento auguro, estoy seguro, de que la huelga general del 29 no sólo va a ser un auténtico fracaso sino que además no va a servir absolutamente para nada.

Los sindicatos mayoritarios lo que necesitan es apoyo, pero apoyo mayoritario, no sólo el de los de siempre, la vieja guardia. Y para ello necesitan que la gente, los trabajadores, estén motivados. El camino es explicar qué es lo que pasa, qué es lo que sucede, cuales son los riesgos, desde posturas de dialogo, no de que "esto es así y punto", admitir y promover debates.

Debates con los ciudadanos, empezar a hablar de "ciudadanos" en vez de "obreros". Tienen que renovarse, hacerse imprevisibles ó por lo menos poco previsibles, eso si que hará daño a los de siempre.

Debates sociales, que la gente esté informada, que piensen que se puede, que es posible hacer algo para que la sociedad, su sociedad, sea mejor.

Algo parecido a lo que hicieron los del 15M, pero esta vez dentro de las empresas, de las universidades, de las fábricas, de cualquier centro de trabajo.

Explicar claramente que los pequeños y medianos empresarios no son los enemigos de los trabajadores y establecer también un debate sobre ello. Hablar, explicar, dialogar y, si es posible convencer y si no, dejarse convencer. Que se acaben las posturas dogmáticas. Una nueva izquierda laboral, inteligente y dialogante.

De momento para la huelga del 29 que no cuenten conmigo. Para el dialogo, la explicación y el debate sí, para eso sí pueden contar conmigo.

Este es el artículo que os recomiendo, merece mucho la pena.  


Estaban mal colocados

12 marzo 2012 | Categorías: Nacional | |
Antonio Aramayona – ATTAC CHEG Aragón

Marearon la perdiz durante un mes. La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, recién estrenado su cargo, visitó sedes y recibió a los “agentes sociales”, urgiéndolos a llegar a acuerdos sobre la “reforma laboral”, presentada como una modernización necesaria y una adecuación a la legislación en materia laboral de los países europeos más avanzados.

A su vez, patronal y sindicatos se reunían una y otra vez para constatar que apenas llegaban a un acuerdo de mínimos (visto el paño ya el primer día, es difícil de entender hasta qué punto alimentaron las vanas esperas y esperanzas de que la otra parte iba a mutar posiciones). Por si fuera poco, estaban mal colocados en el salón de reuniones, por mucho que supusieran que el tiempo no pasa y que las cosas siguen siendo como hace unas cuantas décadas.

Por un lado, los “patronos” tradicionales (¡”la patronal”!): CEOE y Cepyme, encabezados por sus presidentes Juan Rosell y Jesús Terciado, respectivamente. Por otro, los sindicatos denominados “mayoritarios” (¡”la parte social”!): Ignacio Fernández Toxo, secretario general de CCOO, y Cándido Méndez, secretario general de UGT.

Comenzó entonces un diálogo de besugos sobre asuntos tan trascendentales como el traslado de algunos festivos, pero sin abordar el núcleo duro de la reforma laboral, pues el diálogo pinchaba inmediatamente en hueso y la cosa seria estaba tan pactada por parte de los grandes mandamases patronales con el Gobierno, Merkel, Deutsche Bank, FMI y demás adláteres que aquellas reuniones tenían como función principal representar una fugaz y solitaria representación teatral.

Los sindicatos quizá tuvieron en algún momento inicial la sensación de que allí estaban haciendo algo útil. Sin embargo, extraña que al cabo de un rato no se fueran por donde habían venido. Estaban mal colocados (¿descolocados?) porque aquello era una simple tomadura de pelo. Tendrían que haber convocado una rueda de prensa para explicar las posturas y las propuestas de una y de otra parte, y sanseacabó. La opinión pública se lo habría agradecido y los sindicatos no habrían estado sosteniendo semejante farsa bufa. En otras palabras, tras conocer lo que daba de sí la reunión, lo que allí realmente se cocía y lo que ya se traía cocinado, allí no pintaban nada. Al decidir seguir mal colocados (¿descolocados), nos descolocaron a todos los demás.

No por ello estuvieron mejor colocados los “patronos”. Los pequeños y medianos empresarios viven en la ficción de que sus interlocutores-adversarios (por eso estaban sentados frente a ellos, ¿enfrentados?) es la parte representante de los trabajadores, cuando en realidad quienes están devorando a buena parte de los patronos es una pequeña (en número, no en poder financiero) fracción de esa patronal. Las víctimas son también ellos, pero en un acto supremo de entrega al síndrome de Estocolmo, se colocaron junto a los depredadores, codo con codo, espantando los fantasmas de su desventura mediante la ilusoria percepción de que el peligro sigue viniéndoles de los malvados huelguistas, enarbolando en una mano el convenio colectivo del ramo y en otra, sus derechos personales y profesionales.

Los pequeños y medianos empresarios hicieron como que desconocían que están asfixiados por la falta de dinero y créditos razonables por parte de algunos de sus presuntos compañeros-colegas de mesa y negociación. Los grandes empresarios y financieros les invitaron a comer, los trataban campechanamente de tú y les advertían de los peligros que podrían provenir de los trabajadores. Sin embargo, no les contaron que por mucho que pudieren despedir fácil y barato, sin dinero acabarían muchos de ellos en el mismo agujero negro que sus empleados.

No obstante, allí se quedaron todos, sentados, asentados, haciendo razonables declaraciones ante los medios de comunicación, cumpliendo el papel que a cada uno la mano invisible le había adjudicado en aquella obra teatral.

Finalmente, todo y todos están ya en su sitio: el 8 de marzo de 2012 la Ley de Reforma Laboral quedó aprobada en el Congreso de los Diputados por los 197 votos del PP, CiU, UPN y Foro Asturias. (¡Ya somos más europeos!).

Antonio Aramayona es profesor de filosofía
   
   

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